Cabrera posee un gran interés biogeográfico debido a sus condiciones de insularidad y a los fenómenos de especiación y diferenciación taxonómica que ello provoca, afectando, especialmente a organismos de escas movilidad (reptiles, gasterópodos pulmonados y coleópteros tenebriónidos). En el caso de la Lagartija Balear Lacerta lilfordi, en Cabrera se encuentran el 80% de su población mundial, con diez subespecie distintas en el archipiélago. A esta población hay que sumar las pequeñas poblaciones de esta especie que se encuentran en tres de los islotes de la costa de migjorn antes mencionados: isla de Na Guardia, Moltona y Pelada, existiéndo en estos islotes otra subespécie endémica.
La importancia para las aves migrantes y para diversas especies nidificantes, especialmente aves marinas y rapaces ya ha sido mencionado.
Las formaciones xerocánticas de lapiaz, ricas en caméfitos pulviniformes espinosos tienen un elevado, no solo por albergar un cierto número de endemismos baleres, como Hypericum balearicum, Astragalus balearicus, Teucrium subespinosum y Dorycnium fulgurans, sinó por su significación firosociológica no del todo aclarada. La vegetación rupícola también es rica en endemismos, como Crepis triasii, Sibthorpia africana o especies de distribiución tirrénica como Micromeria filiformis y Bellium bellidioides. Otro tanto cabe decir de las comunidades de peñales umbríos, con suelos ricos, en los que vive Helleborus lividus lividus, Paeonia cambesedesii y Digitalis dubia, todos ellos endemismos balearicos.
Entre la brioflora, destaca por su interés Grimmia pitardi que presenta una corología centrada en el area mediterránea ibérica, y Ephemerum recurrifolium, cuyas únicas representaciones españolas se encuentran en Cabrera y en Mallorca. Es de destacar el liquen Lacanora balearica, taxón descrito como nuevo para la ciencia en base al material procedente de Cabrera. La subasociación rhametosum ludovici-salvatoris (cneoro-Ceratonietum) es endémica de Cabrera y está caracterizada por la abundancia de Rhamnus ludovici-salvatoris.
El contingente florístico del archipiélago asciende a unos 450 taxones vasculares, lo que representa el 26% de los aproximadamente 1700 taxones que se encuentran en Baleares. La endomoflora contiene una trintena de taxones, con especies en peligro de extinción como Diplotaxis ibicensis.
Entre los invertebrados, el efecto de la insularidad en Cabrera ha producido un especiación muy considerable, hbiéndose descrito nuevas especies y subespecies nuevas para la ciencia, entre las que se pueden destacar los crustáceos Burrimysis palmeri, Pseudoniphargus triasi, P.daviui, Metacirolana ponsi, Psammogammarus burri y tres especies más en estudio. Entre los coleopteros destacan Percus spagnoli, Phylan nitidicollis y Colotes cabrerensis.
Además en el archipiélago se encuentran muchos endemismos baleares como los moluscos Tudorella ferruginea, Iberellus minoricensis, Limax majoricensis, Oxychilus lentiformis, Trochoidea frater, T.nyeli. Crustaceos como Ballodipum pilosum, Bogidiella balearica y Proaxellus coxallis gabrielae. Opiliones como Scotolemon krausi y Dasylobus ferrugineus. Entre los prseudoescorpiones, Neubisium ischyrum balearicum. Entre los arácnidos, Haphnia hauseri, Harpactea dufuori, Malthonica balearica y Nemesia brauni. Entre los coleopteros, Alphasida depressa, Asidia planipennis, Brahycerus balearicus, Dendaurus depresus, Elaphocera capdeboui, Nesotes viridicollis, Phylan semicostatus, Stenosis intricata y Tentyria schaumi. Entre los lepidópteros, Polyomatus icarus balearica y Dendrolimus pini schultzeana.
Las formaciones xerocánticas de lapiaz, ricas en caméfitos pulviniformes espinosos, tienen un elevado interés, no solo por albergar un cierto número de endemismos baleares, como Hypericum balearicum, Astragalus balearicus, Teucrium subespinosum y Dorychnium fulgurans, sinó por su significación fitosociológica no del todo aclarada. La vegetación rupícola también es rica en endemismos, como Crepis triasii, Sibthorpia africana, o especies de distribución tirrénica como Micromeria filiformis y Bellium bellidioides. Otro tanto cabe decir de las comunidades de peñales umbríos, con suelos ricos, en los que viven Helleborus lividus lividus, Paeonia cabessedesii y Digitalis dubia, todos ellos endemismos balearicos.
Entre la brioflora, destaca por su interés Grimmia pitardi, que presenta una corología centrada en el area mediterránea ibérica, y Ephemerum recurrifolium, cuyas únicas representaciones españolas se encuentran en Cabrera y en Mallorca. Es de destacar el liquen Lacanora balearica, taxón descrito como nuevo para la ciencia a partir de material procedente de Cabrera. La subasociación rhametosum ludovici-salvatoris (cneoro-ceratonietum) es endémica de Cabrera y está caracterizada por la abundancia de Rhamnus ludovici-salvatoris.
El contingente florístico del Archipiélago asciende a unos 450 taxones vasculares, lo que representa el 26% de los, aproximadamente, 1700 taxones que se encuentran en Baleares. La endomoflora contiene una treintena de taxones, con especies en peligro de extinción como Diplotaxis ibicensis.
A las extensas praderas de Posidonia oceanica existentes en las Aguas del Parque Nacional de Cabrera hay que añadir las existentes en la amplia franja litoral del sur de Mallorca, en general muy bien conservadas.
Esta extensa superfice del Mediterráneo alberga una completa representación de ambientes marinos, destacando, junto a las mencionadas praderas de Posidonia, los extensos fondos arenosos y rocosos y las comunidades propias de la rompiente. |